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Sé selectivo en tus batallas, a veces tener paz es mejor que tener razón

  • Foto del escritor: Ronerd Zaldaña
    Ronerd Zaldaña
  • 22 jun 2019
  • 2 Min. de lectura

Entre los aprendizajes más importantes de la vida, uno de ellos, es saber que batalla debemos iniciar y luchar. Muchos esfuerzos, desgastes y pérdidas, provienen de batallas innecesarias y – otras tal vez – perdidas de antemano, por desigualdad de fuerzas. Al igual que a muchas personas, momentos y cosas las valoramos, casi exclusivamente, cuando se pierden, lo mismo ocurre con la paz. Cuando hay paz la damos por hecho, como cuando tenemos salud, allí están ambas y creemos no sentirlas, porque lo que sentimos es la enfermedad o la guerra.


Nuestro carácter nos hace meternos en problemas, pero es nuestro orgullo el que nos mantiene en ellos.


Una mala transacción es mejor que una buena batalla. Otra versión, de uso común, pero similar significado nos ratifica que es mejor un mal arreglo que un buen pleito. En una batalla o pleito, de cualquier dimensión, aunque ganemos siempre habremos perdido, porque nuestra paz tiene invaluable precio.


Muchas luchas que iniciamos en nuestro entorno y contra otros, provienen de batallas en nuestro interior, estar en paz consigo mismo es el medio más seguro de comenzar a estarlo con los demás. “El mantenimiento de la paz comienza con la auto-satisfacción de cada individuo”. En otras palabras, si estamos insatisfechos con nosotros mismos, siempre tendremos excusa para andar de batalla en batalla. De nada sirve buscar la paz afuera, si no tenemos paz dentro de nosotros.


Es un hecho que la razón no viene del corazón. “La razón no me ha enseñado nada. Todo lo que yo sé me ha sido dado por el corazón”. La razón es poco confiable, “Somos todos tan limitados, que creemos siempre tener razón”. Considerar la razón como guía para iniciar una batalla podría implicar que la iniciáramos por razones equivocadas.


Debemos responder ante las situaciones que se nos presentan y no simplemente reaccionar. Muchas batallas nacen de capítulos pasados no debidamente cerrados, por lo cual reaccionamos ante el otro, ya que las reacciones están cargadas de pasado, mientras que las respuestas consideran las condiciones presentes y el efecto futuro.


En resumen, debemos sembrar paz para recoger paz. Vivamos en paz, porque este es único camino para no vivir de batalla en batalla. “Nada que no seas tú mismo puede darte paz”. No obstante, sentir paz es clara señal de estar en el camino correcto.


 
 
 

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